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Las peores plagas para la industria procesadora de alimentos

Las peores plagas para la industria procesadora de alimentos

Si las plagas son molestas y costosas para diversas industrias porque pueden destruir las instalaciones o maquinaria de una empresa, las invasiones de fauna nociva a la industria alimentaria son devastadoras. No solo porque atenta contra nuestra salud, sino porque literalmente nulifica las producciones de alimentos y desbarata la reputación de las marcas de alimentos. Lo anterior, sin contar las cadenas de demandas legales que se pueden detonar por un error en el control de contaminación de alimentos.

Insectos en productos almacenados

Su impacto es grave y profundo en los almacenes de los productores y cadenas de distribución. Y en grandes porciones de la salud de la población cuando no se detecta ni controla su presencia a tiempo ni se aísla la porción de alimentos contaminados.

Ahí figuran los ácaros de harina, los gorgojos, escarabajos y polillas de panadería. Estos insectos generan el mayor impacto económico de esta industria. Se registra en grandes pérdidas de  cereales y granos. Muchas veces afectar casi el total de la materia prima y eso, adicionalmente, genera escasez y encarecimiento en productos alimenticios.

Una de las consecuencias más fuertes en la industria de los alimentos son las cifras. Según un estudio, las empresas que se enfrentan a este tipo de plagas registran entre el 1 y 9% de pérdidas de ingresos anuales.

Es fundamental que los almacenes cuenten con protocolos para prevenir la presencia de estos insectos. Y en su caso, separar eficazmente las porciones contaminadas. La prevención prevee protocolos sumamente costosos, que implican erradicar a los insectos y la producción. SIFSA prevé esta situación catastrófica mediante una póliza de servicio que incluye el monitoreo sistemático de instalaciones y medidas de control.

Gorgojo en arroz almacenado

Ratas en un almacén: Se mueven por todos lados, contaminan grandes producciones de alimentos.

Ratas y ratones

La principal característica dañina de esta fauna nociva, que la hace peligrosa, es su movilidad. Pasan de ambientes contaminados por basura o sus propias heces y entran en contacto con alimentos almacenados o en zonas de procesamiento. Por tal motivo, transportan una gran cantidad de bacterias y virus y son capaces de contaminar toda la producción de cualquier alimento. Su presencia es una grave falta a las normas sanitarias y su detección o publicación en redes sociales puede eliminar a una clientela entera. Además, en caso de enfermedad, es material irrefutable para demandas civiles. Una cosa más, de la que se habla poco. También es una fuente de infección y enfermedad para los empleados de una planta, lo cual deriva frecuentemente en ausentismo.

En estos casos, es fundamental contar con un protocolo integral para el manejo sustentable de roedores, que logre erradicar la plaga con medidas libres de agentes tóxicos y el manejo de plaguicidas solo como última instancia de control. Además de que sean exclusivamente los de banda verde, que son inocuos para el ser humano.

Moscas
Parecen inocuas, pero su impacto es enorme en la producción alimentaria, porque también transportan en sus cuerpos una infinidad de bacterias. Por lo menos, las moscas transmiten hasta 200 agentes patógenos diferentes.

La infestación de moscas también es responsable  del ausentismo laboral por enfermedades. Hay estudios que indican que una sola infestación de moscas puede generar la pérdida de más de 9 días hábiles en las empresas.

Adicionalmente, un protocolo integrado para la erradicación sustentable de moscas no es un proceso fácil, porque son difíciles de aislar. Requiere cambios en procedimientos y la cultura de los equipos de trabajo. SIFSA ha logrado establecer estos cambios de manera efectiva mediante programas continuos de trabajo y evaluación de resultados.

Las moscas: Las más difíciles de erradicar

Zonas de riesgo

Por la naturaleza de su actividad, la industria procesadora y almacenadora de alimentos es la que tiene más riesgos de infestación y la que tiene más puntos a proteger de plagas. Por lo mismo, es la que requiere de mayores controles sanitarios, independientemente de las buenas prácticas de limpieza e higiene.

Los protocolos integrados para el manejo de fauna nociva de SIFSA se basan en estrategias muy puntales de prevención, aislamiento de zonas potencialmente críticas, detección temprana de plagas, erradicación con protocolos inocuos para el ser humano y monitoreo continuo de medidas y resultados.

En particular, la experiencia nos hace poner especial cuidado en las siguientes zonas:

Zonas de carga, descarga y almacenamiento de materias primas

Dentro de la cadena de producción, es preciso controlar la contaminación de alimentos y las infestaciones, desde el ingreso a las plantas procesadoras. Las puertas de acceso de la industria suelen mantenerse abiertas lo cual es una oportunidad permanente para el ingreso de fauna nociva. Ahí, los principales agentes contaminantes son cucarachas, hormigas, ratas, ratones, moscas, aves, carcomas, polillas y gorgojos.

Zonas de producción y envasado

Estos puntos, de existir una contaminación, son la última oportunidad que tiene una empresa procesadora de alimentos para bien detener o propagar una contaminación. Por eso se requiere ahí de una observación y monitoreo diario de calidad y control de líneas de distribución, a fin de detectar y detener a tiempo una cadena de enfermedades. Los insectos que generan mayor transmisión en estas zonas son las cucarachas, hormigas, ratas, ratones y moscas.

Almacenes

Los insectos más nocivos en estas zonas son de dos tipos:

Los penetradores , que utilizan sus dientes para romper envases y embalajes a fin de alcanzar los alimentos, entre los que destacan gorgojos, escarabajos, polillas y sus larvas.

Los invasores, que por su tamaño, se introducen fácilmente en los envases o contenedores de alimentos. Ahí son de especial cuidado las polillas, las moscas y sus larvas.